Brasil: “Por el camino de Pedro Pomar”. Un artículo de Fausto Arruda (A Nova Democracia)

 



Nota – Tal  y como informamos http://granmarchahaciaelcomunismo.wordpress.com/2013/09/23/viva-pedro-pomar-el-gran-dirigente-comunista-brasileno-nucleo-de-estudios-del-marxismo-leninismo-maoismo-brasil/, el pasado 23 de septiembre se cumplió el centenario  del nacimiento del gran dirigente comunista brasileño Pedro Pomar.

Reproducimos a continuación el artículo «Por el Camino de Pedro Pomar»  de Fausto Arruda, publicado en el periódico brasileño «A Nova Democracia», nº 120, 1ª quincena de noviembre de 2013http://www.anovademocracia.com.br/ La traducción al español es responsabilidad de Gran Marcha Hacia el Comunismo. Madrid, noviembre 2013.

POR EL CAMINO DE PEDRO POMAR

Fausto Arruda

El centenario del nacimiento de Pedro Pomar fue conmemorado por el Frente Revolucionario de Defensa de los Derechos del Pueblo (FRDDP).*  Fue un acto solemne marcado por el compromiso ideológico expresado en las experiencias  de los viejos cuadros comunistas, por la emoción y también, por la juventud, por los campesinos, por los obreros, por las mujeres y por los profesores, todos representando a organizaciones clasistas de lucha. No fue una casualidad que la mayoría de las intervenciones apuntaron en el sentido de seguir el camino de Pedro Pomar.

El Partido Comunista de Brasil en sus diversas fases, hasta ser liquidado en cuanto partido revolucionario a fines de los años setenta por la camarilla revisionista de João Amazonas, produjo una gran cantidad de cuadros dirigentes que se destacaron en las luchas revolucionarias, ya sea como teóricos, ya sea como dirigentes prácticos o como detentores de ambas cualidades.

Correspondiendo con las oscilaciones ideológicas del Partido, la mayoría de estos cuadros dirigentes no sustentó la coherencia y firmeza que Pedro Pomar mantuvo desde cuando ingresó en el Partido, en 1932, hasta el final de su vida, en 1976.  Pomar fue brutalmente asesinado con mas de 50 orificios de bala de distintos calibres en la conocida «Matanza de Lapa», ejecutada por los órganos de represión del régimen militar, acción terrorista realizada por el comando del II Ejército, Operación Bandeirantes-OBAN y DOPs de Sao Paulo.

EN DEFENSA DEL PARTIDO Y DE LA REVOLUCIÓN

Consciente y con exhaustivo espíritu de vanguardia, Pedro Pomar estuvo directamente involucrado en todas las cuestiones importantes de la vida del Partido, empeñándose enormemente por asimilar y dominar la ciencia del proletariado revolucionario en su desarrollo, el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Tsetung (como entonces se conocía al maoísmo en aquella época). Y fue la luz de este esfuerzo que se desdobló en los estudios para sintetizar la realidad del país en las formulaciones programáticas, en sus grandes líneas de estrategia y táctica, así como en las cuestiones específicas de línea de masas para el movimiento sindical, campesino, estudiantil y de la intelectualidad, desde las cuestiones mundiales y de los problemas del movimiento comunista internacional, de los problemas de organización, logística y de seguridad de la estructura partidaria hasta el problema militar de la revolución brasileña.

Produjo una extensa literatura. Buena parte circuló en las páginas de la prensa legal del Partido, en la cual desempeñó un papel dirigente, y en las páginas del clandestino órgano central del Partido «A Classe Operaria»,planteando en innumerables artículos y ensayos los distintos problemas nacionales, de nuestra revolución y de la revolución proletaria mundial.

Partidario de la lucha interna como método de defensa de los principios de la ideología proletaria y el desarrollo de la línea revolucionaria, Pomar, desde su ingreso en el PCB, participa en los principales momentos del auge revolucionario en la vida del partido en su línea de vanguardia, al igual que en los terribles momentos de baja. En estos, cuando la capitulación invade las filas comunistas, Pomar tuvo la firmeza inquebrantable en defensa del partido y la revolución.

Fue así que, como principiante en la militancia comunista, participó en el Levantamiento Popular de 1935 y en los años que le siguieron lo defendió siempre, al igual que en su madurez de militante comunista, cuando los revisionistas atacaban aquella experiencia revolucionaria, destacando más sus errores que la importancia de la ANL [Alianza Nacional Libertadora] y el Levantamiento. Escribió «La gloriosa bandera del 35», destacando la lucha antifascista tanto a nivel nacional como internacional y la lucha armada revolucionaria como el camino para la liberación nacional y social del pueblo brasileño.

Comprendiendo, como pocos, la necesidad de la existencia del partido revolucionario del proletariado como partido de cuadros y de carácter de masas, se empeñó en su reorganización, en 1943, participando de la Comisión Nacional de Organización Provisional – CNOP y de la histórica Conferencia de Mantiqueira.

Después de combatir las concepciones revisionistas de Prestes expresadas en la «Declaración de Mayo del 58» y en las tesis del V Congreso de 1960, refutándolas en defensa del marxismo-leninismo, Pomar tomó parte destacada en la comisión de reconstrucción del Partido Comunista del Brasil como la adopción de las siglas de PCdoB, para diferenciarse de las usurpadas PCB, con que el grupo de Prestes denominó al revisionista Partido Comunista Brasileño.
 
Levantando bien alto la bandera roja del marxismo-leninismo y avanzando luego para acercarse al Pensamiento Mao Tsetung, idea que, al contrario de muchos que apenas se adhirieron a ella formalmente, Pomar luchó para profundizar su comprensión y asimilación, al igual que difundiéndola en todo el partido. Dicho esfuerzo quedó expresado en la elaboración del documento «Guerra Popular, el camino de la lucha armada en Brasil» , con el cual el PCdoB buscó desencadenar la lucha armada revolucionaria en el campo que tuvo como resultado la Guerrilla de Araguaia y en la defensa de la Gran Revolución Cultural Proletaria con «Grandes éxitos de la Revolución Cultural».
 
POMAR Y EL INTERNACIONALISMO
 
Dando muestras de su indisociables internacionalismo proletario, se empeñó en la solidaridad hacia el Partido del Trabajo de Albania (PTA), enfrentándose en el Congreso del Partido Comunista de Rumanía al propio Jruschov, cuando éste destiló su ira revisionista contra el PTA, partido que, junto al Partido Comunista de China, llevaba a cabo la defensa del marxismo-leninismo, de Stalin, de la dictadura del proletariado, de la revolución mundial, de la lucha antiimperialista revolucionaria y del partido comunista como partido de clase del proletariado.
 
El hecho de estar en el ojo del huracán de la mayor batalla ideológica en el seno del movimiento comunista internacional le dio una visión privilegiada sobre el papel de vanguardia que desempeñaba el Presidente Mao Tsetung. Comprendió el tormentoso combate que el marxismo trababa contra el nuevo revisionismo moderno y del gran salto que representaba la Gran Revolución Cultural Proletaria como lucha omnímoda para llevar la lucha de clases bajo las condiciones del socialismo, asegurar el poder de la dictadura del proletariado firmemente en manos de la clase, superar las viejas ideas y la herencia de los privilegios de la sociedad de clases basada en la explotación y avanzar en la construcción del socialismo rumbo hacia el comunismo. Esto, Pomar lo dejó muy bien delimitado en su ya mencionado artículo «Grandes éxitos de la Revolución Cultural»publicado en «A Classe Operária».
 
En su esfuerzo por asimilar profundamente el significado de las contribuciones del Pensamiento Mao Tsetung al marxismo-leninismo, al contrario de los que ya renegaban de ellas en la práctica, Pomar más que nunca primó por el irreductible rigor científico en hacer el balance de la experiencia de Araguaia.
 
Empuñó con serenidad el método de la lucha de dos líneas y con la sagacidad de quien lucha para establecer la unidad del partido en una nueva y más elevada unidad, sin dejar de destacar el heroísmo y la decisión de los que se sacrificaron en Araguaia intentando abrir el camino a la revolución brasileña. Apuntó con firmeza los errores y sus causas sin concesiones de principios cualesquiera.

Demostró cómo la causa del fracaso de aquella experiencia no podía estar en factores circunstanciales, específicos y mucho menos técnicos, a despecho de su existencia. Mostró el error de la concepción sobre la Guerra Popular que la práctica en la región de Araguaia expresara. Este debate no pudo proseguir hasta el fondo, pues el brutal asesinato de Pomar, Arroyo y Drumond, partidarios que eran de la guerra popular –aunque con evaluaciones diferentes- desequilibrará la correlación de fuerzas desfavorablemente para la línea revolucionaria del partido. Y, consecuentemente, el Partido Comunista de Brasil fue liquidado por la camarilla de João Amazonas y Renato Rabelo, que enterraron el tema junto con el partido y sus héroes, transformándolos en iconos sin vida.
 
EL PARTIDO QUE BRASIL NECESITA
 
Partiendo de las enseñanzas dejadas por Pedro Pomar y examinando el camino por él recorrido, no podemos dejar de destacar como necesidad ineludible para dar continuidad a la lucha por la revolución brasileña, lo que los revolucionarios maoístas han defendido en el país y la reconstitución del Partido Comunista de Brasil en cuanto partido comunista marxista-leninista-maoísta. Es decir, la reconstitución del Partido Comunista de Brasil fundado en 1922, reorganizado en 1962 (en verdad en 1962 el partido fue verdaderamente constituido en cuanto partido marxista-leninista por el que luchara desde su fundación sin lograrlo de hecho) y que  fuera liquidado a finales de los años 70.

Reconstitución de acuerdo con los atributos que marcaron la teoría y práctica revolucionaria según las contribuciones de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tsetung, expresadas sintéticamente como tres etapas distintas y a la vez en unión, el marxismo-leninismo-maoísmo. Partido que está anclado en el «Manifiesto del Partido Comunista» escrito por Marx y Engels en 1848, cuya marcante actualidad lo vuelve el programa básico para los que, como Marx y Engels, reclaman la existencia de un partido diferente y opuesto a los partidos hasta entonces existentes. Un partido de nuevo tipo como defendía Lenin al defender el partido para hacer la revolución y atacaba a los partidos socialdemócratas de la II Internacional pudriéndose en el parlamento. Un partido, como enseñaba Stalin, que sea la vanguardia del proletariado y del pueblo, su Estado Mayor, su jefe político y militar, para establecer y mantener la dictadura del proletariado. Un partido para promover las necesarias revoluciones culturales proletarias para impulsar la construcción del socialismo, conjurar las inevitables tentativas de restauración burguesa y asegurar su transición al glorioso y luminoso comunismo, como bien aseveró el Presidente Mao Tsetung.
 
La experiencia histórica en cuanto a la reconstitución y reorganización de un partido revolucionario es la tarea que demanda no sólo tiempo sino también esfuerzo y dedicación de los que se empeñan en tan grandiosa tarea. No se trata de reunir una docena o más de estudiantes y profesores o de huelguistas, como alertaba Lenin. Como ha establecido el marxismo-leninismo-maoísmo, el partido revolucionario del proletariado debe tener muy clara su ideología, su programa y su línea política general tanto como su estrategia y táctica, en fin, su base de unidad partidaria y toda su metodología asentada en la línea de masas.
 
Al final de su lúcido y brillante balance de la experiencia de Araguaia, Pomar afirmó : «La bandera de la lucha armada, que empuñaron tan heroicamente y por la cual se sacrificaron los camaradas de Araguaia, debe ser levantada aún más alto. Si conseguimos ligarnos de hecho a las grandes masas del campo y de las ciudades y ganarlas para la orientación del Partido, no importa cual sea la ferocidad del enemigo, con toda certeza la victoria será nuestra». Sus palabras siguen tan actuales como nunca, reclamando de los revolucionarios brasileños encarnarlas con decisión. La conducta ejemplar de Pedro Pomar nos indica seguir este camino.
 
 

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